Un juego lleva a otro, desde una pelota hasta unas almohadas que hacen de alas para volar, pasando por las sábanas agitándose en el aire, la toalla enrollándose y desenrollándose, la luz apagándose y encendiéndose, y unos pequeños títeres en forma de ojos que se besan.
Un espectáculo no verbal que se desarrolla como si fuera una coreografía de danza siguiendo el hilo de una banda sonora original creada en función del movimiento y las emociones de los personajes.
La utilización de instrumentos de viento y la gaita irlandesa ayudan a que la obra mantenga un clima acogedor y de ensueño, donde la fantasía y la imaginación son las claves para la acción.
Con más de 300 funciones, PACAMA sigue estando latente en la actualidad, debido a su puesta en escena limpia y universal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario